Los deudores incobrables son aquellos sujetos con los cuales el ente realizó un determinado negocio a crédito y que por determinadas razones hay hechos que indican que no van a cancelar el saldo adeudado. Por ende pasaron a ser créditos cuya probabilidad de realización es remota o poco probable. En definitiva los créditos incobrables son aquellos que perdieron todo o parte de su valor por causas que no se le pueden imputar al acreedor. También se los suele denominar malos créditos. No son morosos, dado que excedieron el plazo normal (esperado) de retraso para un deudor que tiene dificultades económicas y financieras. Si bien uno de los estados por los cuales atraviesa un deudor incobrable es ser moroso, aquí el plazo habitual o esperado de retraso ya fue excedido. Razón por lo cual, lo que implicó en un momento ser un ganancia por la venta de un servicio o de un bien aplicando el criterio de lo devengado y sobre la cual se tributo: el impuesto a las ganancias, el impuesto al valor agregado, el impuesto a la ganancias mínima presunta y el impuesto sobre los ingresos brutos, ahora representa una pérdida que en determinadas circunstancias se puede deducir de la base imponible de ciertos impuestos a fin de recuperar de alguna manera lo tributado en determinada oportunidad.